sábado, 19 de marzo de 2011

Responsables PRI-PAN de la escalada de violencia e inseguridad en el país: AMLO



Chihuahua, Chihuahua
Sábado 19 de marzo de 2011



* Tanto los gobiernos priistas como panistas son culpables de la actual tragedia nacional, señala

*Reitera que estará de licencia como militante perredista en tanto se mantenga el contubernio PRD-PAN

*Informa que mañana presenta el Proyecto Alternativo de Nación 2012, en la Ciudad de México



En esta entidad azotada por una ola de ejecuciones, Andrés Manuel López Obrador responsabilizó a los gobiernos emanados del PRI y del PAN del clima de violencia e inseguridad que impera en Chihuahua y en toda la geografía nacional.

Ambos partidos, que pertenecen a la mafia del poder, mantienen el régimen de opresión, de corrupción y de privilegios, que dejó en la pobreza a millones de mexicanos y canceló el futuro de los jóvenes, aseguró.

Adicionalmente, enfatizó, el presidente espurio Felipe Calderón le pegó a lo tonto un garrotazo al avispero, que representa la delincuencia organizada, y en vez de generar fuentes de empleo y garantizar el acceso a la educación a los jóvenes, optó por combatir la criminalidad con más policías, soldaros, cárceles, amenazas de mano dura y leyes más severas.

En entrevista previa a una reunión de evaluación con integrantes de comités municipales y seccionales del Movimiento Regeneración Nacional en el estado, el presidente legítimo manifestó que el pueblo de Chihuahua ha podido constatar que tanto el Revolucionario Institucional como Acción Nacional son lo mismo.

Los resultados están a la vista: Una mayor violencia en la entidad, causada por los gobiernos priista y panista, subrayó al recordar que el ex gobernador panista Francisco Barrio llegó a decir que Carlos Salinas, el jefe de la mafia del poder, era el mejor presidente que México había tenido.

Son lo mismo Carlos Salinas, Vicente Fox, Enrique Peña, Felipe Calderón, Manlio Fabio Beltrones, Diego Fernández y Elba Esther Gordillo. Todos ellos son responsables de la tragedia nacional y “no queremos nada con esa gente”, precisó.

Por esa razón, aclaró, “no debemos aliarnos con ninguno de esos dos partidos, el PRI y el PAN.

Tanto en la reunión de evaluación como en la entrevista, López Obrador declaró que al aceptar cualquier pacto electoral con la derecha panista o priista, se estaría sumando al modelo económico elitista que ha empobrecido al pueblo.

Al explicar que solicitó licencia como militante del PRD y que estará vigente mientras se mantenga el contubernio de los dirigentes de su partido con sus similares del PRI o del PAN, el presidente legítimo dijo que dedica su tiempo a la construcción del Movimiento Regeneración Nacional.

“Nosotros vamos por un camino nuevo” y en el Movimiento participan militantes del PRD, PT y Convergencia, así como ciudadanos sin partido, hombres y mujeres que lucha por un cambio real y verdadero, abundó.

Luego manifestó que el Movimiento que encabeza participará en la contienda presidencial del 2012 para derrotar nuevamente en las urnas y por la vía pacífica a la mafia del poder y a su candidato presidencial, el priista Enrique Peña, y garantizar que en México haya una auténtica democracia, es decir un gobierno del pueblo y para el pueblo, y que haya una distribución equitativa de la riqueza nacional.

Ante los integrantes de los comités municipales, López Obrador informó que se necesitan cuatro millones de protagonistas del cambio verdadero, cuya tarea es convencer a cinco familiares, vecinos, amigos y compañeros de trabajo sobre la necesidad de concretar una transformación de la vida pública del país.

También mencionó que a nivel nacional se constituyeron dos mil comités municipales, con la participación de 14 mil hombres y mujeres, y 25 mil seccionales de los 65 mil que se necesitan para el 2012, con una estructura integrada por 300 mil ciudadanos.

Al final de su participación, dio a conocer que mañana presentará en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México el Proyecto Alternativo de Nación 2012.

REPRESIÓN: Detienen a Nataniel Hernández, director del CDH Digna Ochoa y otros compañeros

Costa de Chiapas, 15 de Marzo de 2011.

A la sociedad civil en México y en el mundo.

Al digno pueblo de Chiapas.

A nuestras hermanas y hermanos zapatistas.

A nuestr@s compañer@s de La Otra Campaña y de la Zezta Internazional.

A tod@s l@s que luchan por un mundo otro.

A los Organismos de Derechos Humanos No gubernamentales Estatal y Nacional.

A las organizaciones sociales, políticas, redes nacionales e Internacionales.

Al Grupo de Apoyo a la Zona Costa GAZC-Barcelona.


El día de hoy 15 de Marzo, el compañero Nataniel Hernández Núñez, se encontraba en la ciudad de Tapachula, Chiapas, ejerciendo como siempre sus labores de defensa y observación de los derechos humanos como director del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, en este caso acompañaba a compañeros de una comunidad. Según la información que se ha reunido a lo largo del día, fueron detenidos 4 compañeros desde aproximadamente las 2 de la tarde, el compañero permaneció en la ciudad averiguando la situación de los compañeros detenidos. Es a las 8 de la noche, que al parecer fue liberada la orden de aprehensión federal por ataque a las vías de comunicación que mantenían en suspenso desde el 2010, orden que fue ejecutada con la rapidez que sólo tiene el gobierno cuando de luchadores sociales o defensores de derechos humanos se trata.

El compañero tiene un amparo vigente, el compañero estaba defendiendo a compañeros de las comunidades, el compañero ya había sido detenido junto con 18 compañeros más por el gobierno de Chiapas durante 8 días el pasado 22 de Febrero, fueron liberados por la movilización y solidaridad de mucha gente alrededor del mundo.

Se sabia que el compañero estaba en la mira, se sabia que lo querían detener en su trabajo, se sabia que luchar por los derechos humanos es un crimen, que luchar por una vida digna en este país y el estado de Chiapas es un delito contra los grandes intereses económicos y políticos. Estamos en pie de lucha, estamos en ALERTA, no lograran detener nuestro trabajo.

Es ahora el gobierno federal quien insiste en detener al compañero, no dejaremos de luchar por la libertad del compañero. Pedimos a tod@s los compañer@s que nos han ayudado, permanecer a la espera de más información y la convocatoria a acciones por la libertad del compañero Nataniel Hernández Núñez y los otros compañeros detenidos.
Por ahora, estamos preparándonos para el día de mañana movilizarnos hacia Tapachula, si el gobierno Federal mantiene la estupidez de retener a los compañeros.

Nuestras movilizaciones y trabajos son por una tarifa justa de Luz eléctrica, la libre determinación de los pueblos y la Autonomía, la liberación de los presos políticos en el Estado de Chiapas. El respeto y cese de las agresiones en contra de los adherentes a la Otra Campaña y a las comunidades zapatistas.


¡¡¡¡Libertad inmediata a todos los presos políticos en Chiapas.¡¡¡¡¡

¡¡¡¡Cese a la represión del gobierno de Chiapas en contra de los Defensores de
Derechos Humanos¡¡¡¡¡

¡¡¡Respeto a las comunidades zapatistas!!!

¡¡¡¡Juicio a los Paramilitares de Mitzitón¡¡¡

¡¡¡¡ Respeto al pueblo de Bachajón¡¡¡¡

¡¡¡Respeto a la libre determinación de los pueblos y a la Autonomía¡¡¡¡¡


CONSEJO AUTÓNOMO REGIONAL DE LA ZONA COSTA DE CHIAPAS.

PRESOS POLITICOS, L I B E R T A D ! ! !

La hora de la verdad para el PRD

Paco Ignacio Taibo II

Trece de las muchas maneras de convertir un partido político de izquierda en una lata de sardinas.

1) Coloque en el centro, en el único centro de su vida, sagrado y unidimensional la lucha electoral. No lo diga, pero en el fondo de su corazón mantenga la firme creencia de que las luchas sociales estorban los momentos claves y definitorios de la vida del partido, los verdaderos, que tiene que ver con la selección de candidatos, las campañas electorales, las reuniones para medir las fuerzas y repartir las cuotas, el reparto de zonas de influencia.

2) Convierta a una buena parte de los militantes en asalariados, que dependan para su supervivencia del aparato y la jerarquía. Salve a esa militancia de trabajos mal pagados de maestros, chambas de medio tiempo, ventas de miel de colmena que manda la abuelita o enciclopedias británicas a domicilio. Aproveche que toda una generación de militantes, la de los 60-70, está quemada económicamente, que deben la renta y ellos están tres meses atrasados con la pensión alimentaria. Construya un partido moderno de empleados y no de activistas.

Conviértase usted mismo y toda la dirección nacional en asalariados de lujo, con prebendas, asistentes, choferes paseadores de esposas y esposos, ayudantes que hacen el súper. Dé por buena la teoría de que un diputado tiene derecho a ganar 50 veces lo que gana un obrero.

Reparta cargos de elección popular, de administradores públicos; cree centenares de asalariados del propio partido a nivel municipal, delegacional, estatal, nacional.
Distribuya infatigablemente creando empleos y no apoyos económicos para la realización de tareas. Reparta esos empleos generando lazos de afinidad con los que los reciben, deudas a ser pagadas, fidelidades, servidumbres.

Construya paulatinamente una situación en la que en la cabeza de los militantes aparezca la idea de eternidad asociada a la idea de chamba. Establezca que la única continuidad en la vida es la del empleo que ofrece el partido. Que en la realidad política mexicana se puede construir una rueda de la fortuna donde nomás se va cambiando de asiento: de regidor de ayuntamiento a miembro de dirección estatal, a diputado, a senador, a viceministro.


3) Abandone cualquier radicalismo. No sólo el radicalismo no es moderno, sino que espanta. En la realpolitik lo políticamente correcto no tiene aristas. Ponga de moda la noción de que lo ideal es el centro, que el centro atrae votos indecisos, gana elecciones. Dé por buena la idea muy estadunidense de que se gobierna con las encuestas, que no se trata de convocar a la población y llevarle visiones, reflexiones, ideas, sino que se trata de adoptar sus dudas, sus miedos, sus prejuicios. Declárese ferviente partidario de la búsqueda del centro, aunque no lo diga. No permita que por ahí se ande diciendo que en política el centro es la nada.

4) Convierta todo debate de ideas en un debate de posibilidades. Ponga siempre por delante la idea de que el objetivo es alcanzar el poder. ¿Para hacer qué con el poder? Eso no importa.

Despolitice la política, vuélvala un juego de posibilidades donde los principios se desvanecen, las ideas del cambio profundo pasan al rincón de los juguetes viejos, la utopía es considerada una mala palabra. Declare abolido el trabajo de formación política. Declare difuntos a Marx y a Sandino, a Ho Chi Minh y a Pancho Villa, al cura Hidalgo (excepto en ceremonias) y a Bakunin. Simplemente no son modernos.

Acepte pragmáticamente cualquier tipo de alianza, con quien sea con tal de medio ganar una elección. Alíese con el que despide electricistas, con el que está en contra de las leyes progresistas del aborto o el matrimonio homosexual, con el que declara al Fondo Monetario Internacional su santo patrón. Ignore esas pequeñas diferencias con tal de ganar-perder una elección.


5) Dé por buena la idea de que una pequeña parte de corrupción es admisible, no mucha, no saqueadora, apenas funcional; que no tiene nada de malo recibir apoyos económicos de un gobernador priísta o que un alto funcionario panista le ofrezca a su grupo tres camionetas.

6) Adquiera los estilos y las formas del poder, conviva respetuosamente con el enemigo, reúnase frecuentemente con él en restaurantes y cantinas, salúdelo amablemente cuando lo tenga en el asiento de al lado de una Cámara de Senadores. No les crea a los que andan diciendo que existe el contagio por contacto.

7) Haga suya y de corazón toda norma burocrática. Donde manda la normatividad, que le valga verdaderamente madre el sentido común, el pensamiento racional, la sensatez. No permita bajo ninguna manera que la sensibilidad estorbe al procedimiento. Olvídese de cualquier intento de simplificación administrativa. Diga frecuentemente cosas como: Ni modo, así hay que hacerlo.

8) Cambie el lenguaje, hable de canicas y de recursos. Cuando le hablen de programa responda: ¿En qué canal?

9) Viva en un país en una de las más profundas crisis de su historia y logre que a pesar de ello, le valga absolutamente sombrilla. Convierta la política en un acto reactivo y no propositivo. Viva como en un encuentro de futbol en un estadio cerrado y sin público, preocúpese sólo de lo que ahí sucede, desconéctese del exterior.

10) Reviva las prácticas internas de fraude electoral. No importa que ese haya sido uno de los demonios cuya necesidad de abolición dio origen a todo. Si no las practica, al menos consiéntalas, explíquelas, perdónelas. Haga lo mismo con la presión del voto a través de la despensa o el saco de cemento, la compra de conciencia. Construya detrás de cada tendencia un apoyo social corporativo (por ejemplo: un proyecto habitacional de 40 casas con 400 peticionarios). Declare la moral abolida y la vergüenza inexistente. No son modernas.

11) Levante la bandera de la unidad. Secuestre en nombre de la unidad a todo el mundo.

12) Procure que no se hable demasiado del pasado militante de cada quien. Ese es un terreno peligroso, bien por la ausencia de tal pasado, bien por la incoherencia entre ese pasado y el triste presente.

13) No vaya jamás a una manifestación a no ser que haya en ella cámaras de televisión.

Bien, más o menos ya lo tiene. Ahora asuma el problema: ¿Quién quiere militar en una lata de sardinas? ¿Quién se siente representado por una lata de sardinas? ¿Quién va a votar por una lata de sardinas?


Caminando al borde del precipicio

¿Es este un retrato de todo el perredismo? ¿Son todos los perredistas así? ¿No se salva nada? ¿No hay nada que salvar? Mientras escribo siento que el trazo de las anteriores líneas puede resultar enormemente injusto. Conozco cientos de militantes en la base del partido, en comités y grupos de luchas diseminados por todo el país, que no caben en el anterior retrato, que se sienten secuestrados en un aparato cuyas inercias los arrastran, los paralizan y los anulan. Conozco docenas de cuadros honestos atrapados en secretarías de gobierno, en Cámaras de Diputados y Senadores, en comités estatales como el del DF, que realizan un enorme esfuerzo por seguir haciendo política de izquierda, de servicio a los ciudadanos, de confrontación con los demonios malignos del Estado mexicano.

Conversando con ellos dos opciones surgen. Algunos dicen que ya no hay manera de salvar nada, que si se quiere militar hay que buscar la militancia por otro lado, que el PRD es un cadáver. Su actitud me parece válida. Otros, muchos, argumentan que no hay que dejar en manos de los Chuchos el partido, que no se pueden olvidar los centenares de muertos perredistas, que no se puede olvidar lo mucho que costó construirlo. Su opción también me parece válida.

En las próximas 48 horas el Consejo Nacional del PRD resolverá el problema de quién queda en la dirección nacional y por tanto de cuál será la política del perredismo en los próximos dos años. El Consejo Nacional tiene una composición que se ajusta al proceso que en años recientes ha vivido el PRD, al igual que la mayoría de los comités estatales, en la medida en la que el partido perdía su base y su periferia militante, la burocracia asalariada iba copando posiciones. En el Consejo Nacional los Chuchos (simplificándolos llamémoslos con el nombre que se ha establecido en la opinión pública) y sus aliados tienen mayoría; una fuerte minoría se ha agrupado en torno a el llamado G8 (grupo de ocho corrientes), otras corrientes menores están representadas.

La primera posibilidad es que usando esa mayoría los Chuchos simplemente cambien de Chucho y Zambrano sustituya a Ortega. De ser así todo quedaría igual a como está y el partido está condenado a su desaparición. Privado de base militante, desprestigiado ante la opinión pública, sin figuras políticas, el partido de la burocracia se vería reducido en futuras elecciones a un partido de 3 por ciento por muchas alianzas con el PAN o el PRI que buscara. Supongo que los Chuchos lo saben y saben que esa victoria sería una profunda derrota. Pueden intentar una mínima maniobra y ofrecerle el segundo cargo en importancia en el partido, la secretaría general al G8, muy probablemente a Dolores Padierna. Si el G8 acepta las migajas del pastel burocrático se vería arrastrado a la muerte por desprestigio (es una novedosa fórmula política) de los Chuchos y se hundiría en el mismo barco.

Queda la opción que se ha estado barajando durante las últimas semanas, nombrar un candidato independiente a la presidencia, pero con todo sentido común los propuestos, sean Lázaro Cárdenas, el propio Cuauhtémoc o Javier González han dejado claro de manera abierta o no tanto que no pueden aceptar encabezar un comité que les imponga una política, y que no se trata sólo de un cambio de dirigentes.

¿Qué sucederá? Es difícil aventurar un pronóstico con tantas opciones sobre la mesa. Lo que parece evidente es que si los Chuchos imponen su mayoría y consolidan la dirección del partido en la misma línea actual, con todo y la alianza con el PAN, sólo le queda a la disidencia un camino: declararse en rebeldía, desconocer a la dirección nacional, convocar a comités estatales y de base a sumarse a esta rebelión, comenzar a recorrer el país llevando el debate a esas bases. Y entonces quizá haya una oportunidad de reconstruir política y moralmente al partido.

No sería malo, después de todo, meterle el abrelatas a la lata de sardinas.

La crisis en el PRD y la lucha por rescatarlo de los chuchos

Escrito por: Comité de redacción Militante

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se enfrenta a la peor crisis de su historia. Producto de la petición de licencia por parte de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se han desatado al interior del partido enfrentamientos severos entre el ala de derechas y el ala de izquierdas.

Dicha crisis ha derivado en que recientemente diversas corrientes pertenecientes al PRD hayan conformado el llamado G8, que aglutina dentro de sí a las corrientes: Izquierda Democrática Nacional, Democracia Social, Unidad Nacional de las Izquierdas, Movimiento Cívico, Izquierda Social, Grupo de Acción Política, Red de Izquierda Revolucionaria y Frente Auténtico Social, quienes han declarado como dos de sus objetivos fundamentales el sacar a Jesús Ortega de la dirigencia de dicho partido y detener la política de alianzas llevada adelante por este personaje.

La petición de licencia de AMLO se da en el contexto de las próximas elecciones en el estado de México (Edomex), donde el PRD no ha definido aún candidato y en donde la derecha del partido pretende imponer la alianza con el derechista Partido Acción Nacional.

Diversos personajes han opinado al respecto de la petición de AMLO, sin embargo detrás de todo ello se esconde el temor por perder al partido que les ha permitido mantenerse activos y que se han encargado de enterrar poco a poco.

Todos estos personajes, como Jesús Ortega, Amalia García, Camacho Solís y demás, se han valido del PRD para mantenerse en la escena política, sin embargo su objetivo ha sido desmembrar paulatinamente al mayor partido de izquierda y con mayor arraigo entre las masas. Desde la dirigencia de Amalia García los comités de base del partido fueron desmembrados, además se eliminó en la práctica la participación activa de las masas.

Los llamados a la unidad a los que cínicamente Jesús Ortega llama no son otra cosa más que un intento de tapar sus verdaderos intereses, ello se ha visto reflejado en el impulso de la consulta ciudadana para el Edomex, misma en la que se definirá si el PRD va en alianza con el PAN.

Otro de los elementos a los que teme la burguesía es al hecho de que se puedan repetir acontecimientos similares a los sucedidos en 2006, en donde sus intereses se vieron en un severo peligro y que son acontecimientos que no quieren volver a vivir, de ahí la brutal campaña para destruir al PRD valiéndose para ello de los chuchos, quienes se han lanzado al rescate del régimen de manera más nítida en estos últimos años.

Detrás de todo ello se encuentra un objetivo fundamental, evitar a toda costa que el PRD sea utilizado por las masas rumbo a 2012, de ahí que la derecha del país y la derecha del partido estén trabajando de manera más coordinada. Una primera confrontación se dio en las elecciones internas de 2008 en donde Encinas ganó la presidencia del PRD y que fue arrebatada por Ortega Martínez.

Todos esos factores, más la política de alianzas impulsada por los chuchos, han hecho que ahora mismo nos enfrentemos a una crisis inédita en la vida del partido.

Con el impulso de las alianzas el PRD se ha puesto al servicio del régimen para evitar que dicho partido no sea utilizado por las masas, para neutralizar a AMLO y al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero también para rescatar al PAN de todos los descalabros electorales que ha tenido en la última década.

Todos estos elementos han forzado a AMLO a adoptar cuestiones como el voto diferido, tal como sucedió con Iztapalapa, donde fue derrotada la candidata llevada por los chuchos y motivo por el cual personajes como Ruth Zabaleta y René Arce, entre otros, pidieron la expulsión de AMLO del partido, pero que no llegó a darse debido al temor de Ortega porque el movimiento de masas detrás de AMLO respondiera, y que obligó a esos tres pilares de la derecha perredista a dimitir del partido.

Todos estos elementos, sumados al destape de AMLO para ser candidato rumbo a 2012, reflejan las presiones que tanto el PRD como AMLO tienen desde abajo. Las contradicciones son cada vez más fuertes y esto ha obligado a la derecha del PRD a fortalecer sus posiciones llevando adelante a toda costa las alianzas desde 2009, tal fue el caso de Puebla y Oaxaca, entre otros, y haciendo que incluso Ebrard se haya destapado como candidato también.

La brecha entre izquierda y derecha al interno del partido se ha abierto cada vez más producto de todas esas contradicciones, debido a la presión de las masas y también provocada por la debilidad del régimen.


Crónica de una crisis anunciada

En esencia la crisis actual del PRD no es más que la expresión de la contradicción entre la política reformista y las necesidades de las masas que tratan de ir más allá, dando ello como resultado la existencia de dos bandos con perfiles diferentes: unos, la derecha, más vinculados con los intereses de la burguesía, y otros, la izquierda, más relacionados con las demandas de los trabajadores y el resto de sectores oprimidos de la sociedad. Para el caso del PRD, los primeros están representados por dirigentes como Jesús Ortega y Amalia García y los segundos por López Obrador y Alejandro Encinas.

Durante años esas dos expresiones distintas, la izquierda y la derecha del PRD, pudieron cohabitar a pesar de las disputas y los enfrentamientos y llegar a acuerdos. Sin embargo ello ha llegado a sus límites, creándose una situación en la que tanto uno como otro bando necesita derrotar al otro para poder sobrevivir y hacer que su política prospere, abriéndose toda clase de posibilidades al respecto: desde una expulsión de los chuchos seguida de una escisión de derechas (recuérdese que a finales del 2009 ya se presentó una escisión de derechas encabezada por Círigo, René Arce y Ruth Zavaleta, formando los dos primeros el Partido de la Ciudad (PC), aun sin registro, y la tercera terminado en el equipo de campaña del ex candidato priista para Guerrero, Manuel Añorve) hasta una ruptura por la izquierda encabezada por AMLO, lo cual crearía una importante base política para un potencial nuevo partido alterno al PRD, mismo que se quedaría con el aparato de dirigentes de derecha y en el mejor de los casos con una ínfima base social de apoyo.

Sin embargo el partido no llegó a un punto de ruptura, no de forma automática; si bien en los últimos meses se agudizaron las tensiones entre izquierda y derecha dada la determinación de Jesús Ortega y secuaces para imponer las alianzas electorales con el PAN, el proceso de diferenciación entre ambas tendencias maduró a lo largo de varios años. Y en dicho proceso el factor más relevante ha sido la contradicción entre la política de una dirección cada vez más complaciente con el régimen y las aspiraciones de las masas oprimidas y explotadas por transformar su amarga realidad, que una y otra vez se han empeñado en intentar emplear a sus organizaciones tradicionales, en este caso el PRD. Esa y no otra razón es la explicación de fondo para poder entender el contenido de la actual crisis que se vive en el principal partido de izquierda en México.

Durante poco más de una década de vida, el PRD ha estado marcado por un cada vez mayor giro a la derecha impulsado por corrientes como Nueva Izquierda de Jesús Ortega y Foro Nuevo Sol de Amalia García, entre otras. Durante todos esos años hemos visto la manera en que la política de la dirección nacional del perredismo hizo que el PRD evolucionara del “partido movimiento” a una abierta complicidad con el régimen.


Del Partido-Movimiento de AMLO al giro a la derecha de la dirección del PRD

Bajo la tesis del “partido movimiento”, impulsada por AMLO cuando ocupó la dirección nacional del partido (1996-1999), el PRD jugó un papel importante movilizando a su base de apoyo contra la política del régimen (por ejemplo la consulta nacional contra el Fobaproa organizada por el partido del sol azteca entre el 29 y 30 de agosto de 1998 movilizó a más de tres millones de personas a lo largo y ancho de todo el país) e impulsó la conformación de comités de base; dicha política es la que creó un ambiente favorable para que el PRD se recuperara del descalabro electoral de 1994 y pasar a la ofensiva. Cabe recordar que en 1994, con un poco menos de 6 millones de votos, el partido fue relegado al tercer lugar resultando Zedillo y el PRI vencedores con más de 17 millones de sufragios; este resultado se presentó cuando antes, en 1988, el entonces Frente Democrático Nacional (FDN), con Cárdenas al frente, había sido presa de un fraude electoral que llevó a Salinas a la presidencia.

El resultado de la política impulsada por la dirección de AMLO y su táctica de “Partido Movimiento”, mismo que conectó con la rabia contenida de las masas a raíz del enorme costo social provocado por el colapso económico de 1995, fue el de que en las elecciones de 1997 el PRD, con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, no sólo apabullaría al PRI y al PAN en la contienda por el DF, año en que por primera vez la jefatura de gobierno de esta entidad sería sujeta al sufragio ciudadano, sino que además su representación en la cámara federal de diputados se incrementaría significativamente pasando de las 65 curules que tenía tras las elecciones de 1994 a las 125. También el período en el que la dirección nacional del PRD estuvo bajo el mando de AMLO el partido ganó las gubernaturas de Zacatecas y Tlaxcala (1998) y de Baja California Sur (1999).

El “Partido Movimiento” marcó la época de los primeros triunfos electorales del PRD.
La explicación más importante sobre esta tendencia del PRD tiene que ver con una mayor vinculación con las lucha de masas de aquellos años y, en particular, con una más intensa participación de los militantes del partido organizada por medio de comités de base. Sin embargo la llegada de Amalia García a la dirección nacional (1999-2002) del PRD y la posterior reproducción de direcciones de derecha, se traducirían en un importante vuelco en la vida del partido. Para empezar, con Amalia al frente, la dirección nacional asumiría como principal tarea la de desorganizar y disolver en los hechos prácticamente a todos los comités de base en todo el país y asegurar con ello una escasa o nula participación de los militantes de base en la vida interna del PRD para que en adelante la política del partido fuera definida casi exclusivamente por la dirección y sus diferentes órganos.

Acto seguido, ya sin la base militante siendo un factor de presión y con la derecha controlando el aparato, la dirección impulsó una política cada vez mas comprometida con el régimen.

En este marco fue como el PRD fue transformado por la dirección de derechas en el control del aparato de un partido que movilizó a su base de apoyo contra la aprobación del Fobaproa a otro que, por ejemplo, no sólo no convocó a ningún acto de masas serio para frenar la contrarreforma petrolera de Calderón en 2008 (los verdaderos actos de masas corrieron a cuenta del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional liderado por AMLO) sino que incluso algunos de sus senadores, Carlos Navarrete entre ellos, apoyaron y votaron a favor de dicho ataque. No obstante la política desmovilizadora de la dirección, la masiva base de apoyo del PRD caminó en dirección contraria transformándose en el principal componente de los actos de masas convocados por AMLO y otra capa de dirigentes de izquierda del partido, todos ellos en colaboración con el PT y Convergencia.

El vuelco a la derecha impulsado por Amalia García en la presidencia del PRD, misma que tenía como mancuerna a Jesús Zambrano, entonces secretario general del partido y dirigente histórico de los chuchos y Nueva Izquierda, provocó confusión y desconcierto entre la base de apoyo perredista, sembrado la semilla para la derrota electoral del 2000. En víspera de esas elecciones, tras el significativo avance electoral logrado en 1997 y cuando la enorme base de apoyo del PRD se preparaba organizando comités de base por todos lados para ir con todo contra el PRI en el 2000, el partido ¡¡¡fue desmovilizado!!!; por su parte los comités de base fueron reducidos a su mínima expresión (cuestión de la cual aún no se recupera el partido) y el discurso de la capa dirigente se abarató limitándose éste al llamado “tránsito por la democracia”; es decir exactamente el mismo contenido de los argumentos que hoy emplean esa misma capa de dirigentes de derecha para justificar las alianzas electorales con el PAN. De esa manera los amalios y los chuchos le despejaron el camino a Fox cediéndole a éste y a su partido toda la iniciativa en el 2000.

Incluso las cosas llegaron al extremo, por parte de esa capa de dirigentes traidores, a que muchas de sus huestes, como respuesta a la negativa de Cárdenas quien fuera ese año candidato del PRD a la presidencia de la república, llamaron al “voto útil”, es decir convocaron a votar por Fox y el PAN porque, de acuerdo a ellos, esa era la forma segura de arrebatarle la presidencia de México al PRI para, de esta manera, darle paso al “tránsito hacia la democracia”; incluso parte de la estructura estatal y municipal del PRD en diferentes puntos del país controlada por la derecha, fue soterradamente puesta al servicio del “voto útil”.

Una consecuencia más de este giro a la derecha, y que alimentaría aún más el desconcierto y la confusión entre los millones de simpatizantes del PRD, fue la intervención represiva del gobierno del DF, ya bajo la conducción de Rosario Robles, (Cárdenas se encontraba ya de licencia para contender en las elecciones presidenciales) contra los estudiantes universitarios que desde abril de 1999 mantenían una huelga en la UNAM. Esta funesta forma de actuar por parte de Rosario Robles (quien después se jactaría de que no le “tembló la mano”, de acuerdo a sus propias palabras, al momento de enviar las fuerzas represivas contra los estudiantes) fue determinante para inhibir el voto juvenil a favor del PRD en el 2000. Este es un hecho también del cual aún el PRD tampoco termina de recuperarse.

Ya con el triunfo de Fox, y en aras del “tránsito hacia la democracia”, la derecha del PRD configuró frente al régimen una cada vez más abierta y marcada oposición de terciopelo; sin embargo esta política nuevamente entraría en contradicción con un hecho que a lo largo del sexenio del primer gobierno panista quedó más que constatado: el movimiento obrero había entrado en un periodo de franca recuperación.

Sin embargo la obstinación de las masas, y su voluntad de luchar, siempre ha demostrado ser mayor que cualquier clase de obstáculo. En la lucha de clases los trabajadores y el campesinado pobre podrán pasar por fase de intensa actividad a otras de mayor calma, incluso de agotamiento y desánimo, pero jamás renuncian. Cada período de reposo, breve o extenso, para los trabajadores es una fase de recuperación de energías, de reagrupación y de reflexión para obtener las mejores conclusiones del periodo anterior de lucha para emplearlas en una nueva confrontación contra sus enemigos de clase y todo aquel obstáculo que les impida ir al frente. Esta es la dialéctica de la lucha de clases y la fuente de la que brotan toda clase de sorpresas para los dirigentes reformista que viven eternamente ilusionados en su esperanza de poder divorciar definitivamente a los trabajadores de sus organizaciones y controlar al movimiento obrero de forma indefinida.

Ese es el problema que pesa sobre los hombros de la derecha del PRD y de cualquier otra clase de dirigentes que pretendan descarrilar e inhibir los ánimos de lucha de los trabajadores.

Siendo ello así, mientras la dirección de derechas del PRD se disociaba cada vez más del movimiento éste último no cejaba de buscar un cause de expresión. En 2001, primer año de gobierno de Fox, el Producto Interno Bruto (PIB) se desplomó sufriendo una contracción del 0.2%, cuando un año antes había crecido al 7%. En este contexto de estancamiento económico la “luna de miel”, si es que la hubo, fue bastante efímera, pues tras ese resultado las cifras del desempleo terminaron triplicándose al final del sexenio de Vicente Fox (La Jornada 10112006) y la necesidad de los ataques contra la clase trabajadora se intensificaron.

Si bien durante ese periodo la burguesía logro impulsar el ataque contra el régimen de jubilaciones y pensiones de los trabajadores del IMSS, su suerte sería la contraria en los intentos por privatizar Pemex y el resto del sector energético así como en el impulso de la contrarreforma laboral y del IVA en medicamentos y alimentos; en todos estos casos la burguesía y Fox serían certeramente repelidos por los trabajadores en las calles. Todo ello sin olvidar la estrepitosa derrota del proyecto de un nuevo aeropuerto de Fox a cargo de los ejidatarios de San Salvador Atenco en agosto del 2002.

Todo ese ambiente de polarización social también encontraría un referente en el gobierno de AMLO al frente del DF. A diferencia de la política de recortes y ajustes a los niveles de vida impulsados por los del PAN y el PRI, el gobierno del PRD en la Ciudad de México promovió toda una serie de políticas que derivaron en la implementación de un nuevo sistema educativo de enseñanza media y superior, el desarrollo de la red hospitalaria, además de una serie de apoyos y pensiones para grupos vulnerables (adultos mayores, madres solteras, discapacitados, etcétera) por ejemplo. En ese contexto, y ante la sequía de reformas, AMLO y el PRD, a ojos de las masas, se trasformó en un referente y en una aspiración de millones para ser llevada a la silla presidencial en el 2006.

La popularidad de AMLO creció a tal grado que la burguesía y sus partidos terminaron viéndolo como todo un peligro para sus mezquinos intereses al temer que éste, de ganar las elecciones y empujado por el espíritu de lucha de las masas detrás de él, se viera obligado a ir mas allá de las reformas democráticas que ofrecía. Por ello habría que impedir a toda costa que ganara las elecciones y para eso la primera medida fue tratar de impedir que pudiera contender arrebatándole sus derechos políticos por medio del desafuero entre 2004 y 2005. Para mala fortuna de Fox los trabajadores y campesinos respondieron masivamente movilizándose en distintos puntos del país, y en especial en el DF, obligando a la burguesía a retroceder.

Esta nueva derrota contra Fox llenó de confianza a las masas desposeídas para ir de una vez por todas por el triunfo electoral contra los partidos de derecha en 2006; ante ello la respuesta de la burguesía fue la de orquestar el fraude para impedir la llegada de AMLO a la presidencia.


2006, un antes y un después en la vida del PRD

La lucha de masas desatada para derrotar el fraude tras las elecciones del 2 de julio del 2006 inauguraría un nuevo e importantísimo capitulo de la lucha de clases en México.

Respecto a las diferencias ente derecha e izquierda al interior del PRD, el año 2006 marcó el punto de inflexión, es decir, el momento que significó un antes y un después en la vida interna del partido, creando un contexto que gradualmente hizo prácticamente irreconciliables las diferencias entre dichas tendencias políticas, a menos que una de ellas renunciara a su posturas.

En 2006 experimentamos un renacer de la lucha de clases en México como no se había visto en décadas. Desde las magnificas y militantes huelgas mineras (siendo en ese año el caso del Sicartsa el más emblemático, pues para defender la huelga los trabajadores se vieron obligados a enfrentar y derrotar por medio de la fuerza a la policía federal, traduciéndose ello en un saldo de dos sindicalistas muertos) hasta la insurrección revolucionaria de Oaxaca, pasando por la maravillosa lucha contra el fraude electoral que impuso a Calderón en la presidencia de la república, todos ellos fueron acontecimientos que en su conjunto pusieron como nunca en décadas en peligro a la burguesía y al régimen, empujando a nuestros país al espectro del proceso de revolución continental que se experimentaba en América Latina desde hace una década. En dicho proceso, por medio de la lucha electoral, el PRD, mismo que contendió en alianza con el PT y Convergencia, sería empleado por las clase trabajadora y el campesinado pobre como un instrumento para tratar de revertir la política de la burguesía, al tiempo de derrocar a su gobierno llevando a AMLO al poder.

Bajo ese contexto la derecha del PRD, en tanto extensión de la burguesía al interior de éste partido, asumió más clara y decididamente su papel como defensor del régimen. Y como tarea se propuso evitar a toda costa que de nueva cuenta, al igual que sucedió en 2006, el pueblo trabajador se basara en el PRD para lanzar otra enérgica ofensiva contra la clase dominante y sus partidos, el PAN y el PRI. Ello inevitablemente chocó directamente con los anhelos de transformación social de las masas desposeídas.

Con dicho fin, y tras el 2006, el ala de derechas del PRD asumió como uno de sus deberes lograr legitimidad para Calderón reconociéndolo como presidente de la República, ello contradiciendo el sentir de los trabajadores manifiesto por medio del movimiento de masas dirigido por AMLO el cual le dio el carácter de “espurio” al presidente de México. Por otro lado, también como una forma más de reconocer a Calderón, Ruth Zavaleta, embestida como presidente de la Cámara de diputados, no dudó un sólo segundo para poner su rango parlamentario al servicio del presidente espurio, del PAN y del PRI.

Todo ese actuar fue acompañado de rabiosas declaraciones por la derecha perredista en contra del movimiento de masas organizado en torno a AMLO, uniéndose de esta manera a la estridente campaña de lodo orquestada por la burguesía contra el Gobierno Legítimo.

Mientras eso pasaba en la derecha, por el flanco izquierdo del PRD, en particular la capa de dirigentes más relacionados con AMLO, se impulsaban diferentes formas de organización, expresándose de este modo la presión de las masas en búsqueda de una participación en la lucha política mejor organizada, mismas que fueron desde la Convención Nacional Democrática (CND), Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional, hasta el actual Movimiento por la Regeneración Nacional (Morena). En todas estas expresiones siempre han participado amplios sectores de la base de militantes del PRD y muchos dirigentes de izquierda de dicho partido, así como del PT y Convergencia.

Ahora, a través de los comités de Morena, dicho movimiento de masas tiene a un número aproximado de 4 millones de afiliados (La Jornada 06122010), contra los 1 millón 300 mil que oficialmente reconoce la dirección del PRD para el caso de éste partido (http://elcapitalino.com/index.php?id=nota&seccion=nacional&ide=941).
Las relaciones más directas con el movimiento de masas de parte de los dirigentes de izquierda los han forzado a tener una mayor identificación con las demandas del pueblo trabajador.

Junto con estos factores, a lo externo del PRD se desarrollaban otra serie de procesos que también tendrían un efecto en la vida interna de este partido. Por un lado la política antipopular de Calderón y la nula respuesta de su parte ante sus promesas de campaña (a la par que atacó a los trabajadores del gobierno federal con la nefasta Nueva Ley del ISSSTE y el despido de 44 mil electricistas tras el cierre de Luz y Fuerza del Centro, donde miles de trabajadores eran lanzados todos los días a las filas del desempleo con la complicidad del presidente del empleo) se tradujeron en sendos descalabros electorales para el PAN en las contiendas locales de 2007 y 2008; ello a la par de una ambiente de cada vez mayor polarización social siendo ésta a tal grado que algunos representantes de la burguesía, tales como el hoy titular de la SHCP, Ernesto Cordero, en agosto del 2009; el entonces gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, en octubre de ese mismo año, y el ex presidente Luis Echeverría, en febrero del 2010ya han advertido sobre el peligro de que en nuestro país se presente un estallido social.

De esta forma el enorme desprestigio de Calderón y su partido, junto al hecho de que a pesar de los ataques que ha concretado contra la clase trabajadora estos no han sido suficientes, desde el punto de vista burgués, quedando aun pendientes las anheladas reformas; laboral, fiscal (IVA en alimentos y medicinas), privatización plena de PEMEX, etc. Ello mismo ha incrementado las divisiones al interior del régimen, exacerbando su debilidad; además, como corolario en este panorama, se desarrollaría la crisis económica mundial misma que impactaría severamente a la economía de México a partir del cuarto trimestre del 2008 y que provocaría su mayor colapso en 70 años durante 2009 (para mala fortuna de Calderón, y de acuerdo al panorama mundial, aun está lejos de haberse dicho la última palabra sobre la crisis y una verdadera y firme recuperación) lacerando aun más a la clase trabajadora junto a la cual, al mismo tiempo, es obligada a padecer las serias secuelas producto de la rémora llamada “guerra contra el narco”.


El rescate del PAN a costa del PRD

Bajo todo ese ambiente plagado de contradicciones en todos los terrenos de la sociedad, la política de auxilio al régimen por parte de la derecha del PRD se volvió más acuciante pasando a un plano más abierto y cínico de colaboración entre esta y Calderón. Para ambos estaba clara la cuestión: evitar que a toda costa todas esas contradicciones sociales tuvieran una expresión electoral y de paso lanzar una cuerda de la cual el PAN se pudiera sujetar para frenar su vertiginosa caída libre electoral.

El giro a la derecha y la política de alianzas de la dirección del PRD han tenido consecuencias fatales para este último partido pues, a consecuencia de ellas, ha perdido las gubernaturas de Zacatecas, ahora en manos del PRI, y de Baja California Sur, la cual fue entregada descaradamente al PAN, y auténticos bastiones electorales como Ciudad Neza, la cual concentra a aproximadamente el 10% del padrón electoral del Estado de México.

Pero también dicha política ha resultado fatal para el PRD ya que sus dirigentes lo han hecho cómplice y vehículo para que en los estados en los que las alianzas electorales con el PAN (abiertas o encubiertas como fue en este último caso en Guerrero por medio de la declinación de última hora del candidato panista en favor del PRD) han triunfado, los representantes de intereses antagónicos a los de los trabajadores lleguen o se mantengan en el poder: en Sinaloa el priísta Malova ha integrado su gabinete plagado de panistas y priístas; en Puebla se instaló al frente del gobierno un panista, Moreno Valle, y agente directo de la mafiosa Elba Esther Gordillo; en Oaxaca, Gabino Cué, fuertemente comprometido con panistas y cinco ex gobernadores priístas de éste estado, además de con Elba Esther, se vio obligado a instalar un gabinete conformado por elementos que a la primera oportunidad que tuvieron no dudaron en mostrar su verdadero rostro y a la clase de intereses que responden lanzando una feroz acción represiva contra el magisterio democrático de la sección 22 que el 15 de febrero se movilizó para repudiar la vista de Calderón a la capital de dicha entidad.

El único camino para revertir el costo que ya está pagando el PRD por esta clase de gobiernos emanados de las alianzas electorales con el PAN es rompiendo con ellos y llamando a movilizarse contra sus políticas.

La derecha perredista en su política de colaboración con el régimen ha llevado muy lejos al partido, siendo ello ahora un factor de crisis y de potencial ruptura del PRD. Sin embargo, mirando esta problemática desde otro ángulo, ésta se presenta como una nueva oportunidad para lanzar una ofensiva contra los chuchos para revertir el giro a la derecha del partido, para ello una condición es la de que AMLO y Encinas se apoyen en la base de militantes del PRD y de Morena.


Ni un gramo de confianza en la derecha del partido

No se puede desperdiciar nuevamente una oportunidad más; en el pasado ya AMLO ha tenido frente a sí importantes oportunidades para derrotar aplastantemente a los chuchos y demás enemigos que de entre las propias filas del movimiento se han dedicado a obstaculizar a éste último. En 2008 Encinas contendió al frente de Izquierda Unida contra Jesús Ortega por la dirección nacional del PRD y, ante el triunfo del primero, el tribunal electoral y Calderón se vieron obligados a intervenir para imponer un fraude electoral a favor del dirigente de derecha, provocando la ira y la determinación de la base del partido para deshacerse de una vez por todas de la dirección reaccionaria. En estas condiciones AMLO debió haber llamado a luchar para expulsar a los chuchos, la oportunidad era la mejor para lograr ese resultado, pero no lo hizo y por el contrario retrocedió. Esta clase de errores no se pueden cometer nuevamente.

Otro tipo de error que se no se debe repetir es el caso de Camacho Solís, ex priísta del gobierno de Salinas y actual dirigente del Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia), quien se encumbró apoyado por AMLO y que ahora ha aprovechado su posición para transformarse en todo un ariete de impulso de las alianzas con el PAN; Camacho Solís, quien también trabaja fuerte para que AMLO sea desplazado por Marcelo Ebrard de la candidatura del PRD, también esta maquilando y haciendo amarres para que el PRD asista en alianza con el PAN en las presidenciales del 2012. Este tipo de errores siempre terminan pagándolos los trabajadores y sus luchas, es por ello que se tiene que poner un alto total a esa clase de política tolerada por AMLO que ha permitido que sujetos como Camacho Solís se infiltren en el movimiento de masas con la intención de confundirlo y descarrilarlo. La lucha contra la derecha del PRD pasa también por la expulsión de Camacho del DIA y del movimiento de masas.


¡Fuera los chuchos del partido, por una corriente socialista a lo interno del PRD!

Una de las principales tareas de las bases del PRD y del Morena será la de expulsar a los chuchos del partido. Estamos a tiempo todavía de dar la batalla a lo interno del partido para eliminar al ala de derechas y utilizar al PRD como un instrumento político en el que participen las masas trabajadoras y mediante el cual se lance una campaña con fuerza rumbo a 2012.

Todo ello será posible únicamente con la condición de que los trabajadores, campesinos y jóvenes explotados del PRD así como del Morena luchemos por conformar una corriente verdadera de izquierda a lo interno del partido.

La conformación de una corriente socialista, que defienda un programa de lucha claro y que aglutine no sólo a los militantes del PRD y del Morena, sino también a los sindicatos, a los campesinos y a las demás clases explotadas, será la única garantía para que la izquierda llegue unida hacia el 2012, pero además, lo más importante, que defienda una política de acuerdo a los intereses de la clase trabajadora, que adopte como política transformar al partido en una organización democrática, combativa y con un programa que rompa totalmente con la burguesía.

Como hemos explicado en nuestro artículo sobre la represión en Oaxaca, una tarea de esa corriente sería la de impulsar la integración de los comités de base y lanzar medidas que permitan su acción coordinada con los comités del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), además de trabajar con energía para vincular al PRD con los sindicatos y la lucha sindical; todos ellos (PRD, Morena y sindicatos) actuando como un sólo hombre, impulsando movilizaciones y organizando huelgas generales para luchar por derrocar a Calderón y frenar su política antipopular.

Otra de las medidas inmediatas que tanto las bases del PRD como del Morena debemos adoptar es la de pronunciarnos en contra de las alianzas, en primer lugar rechazando la consulta para el Edomex y por otro lado desconociendo todas las alianzas impulsadas por el ala de derechas del partido. Debemos romper con la dirección actual del PRD y lanzar una lucha de fondo para rescatar al PRD. Algunas corrientes cercanas a AMLO han planteado que será en abril cuando darán la batalla por el partido, sin embargo no debemos esperar hasta abril, debemos actuar y debemos hacerlo ya.

Tanto Obrador como Encinas y el G8 tienen que adoptar esta política y ser consecuentes con el discurso que promueven. Incluso si el objetivo de estos dirigentes es conformar un nuevo partido de izquierda, para que este llamado sea adoptado por el grueso de las bases perredistas y la clase trabajadora en general, es necesario que antes, los dirigentes, den la batalla por recuperar la dirección del PRD y que las masas comprueben hasta dónde este partido ha dejado o no de ser útil cómo una herramienta de lucha, de esta manera no habrá lugar a ambigüedades, ya sea que se logre recuperar al PRD o se forme un nuevo partido de izquierda, la clase trabajadora mantendrá su unidad fundamental, bajo principios de clase.

La viabilidad de un nuevo partido de izquierda estaría en función de que, además de tener un fuerte vínculo con las masas, tenga un programa más avanzado que el del PRD, este deberá ser un programa socialista. De formarse un nuevo partido tendría que adoptar una lucha tenaz contra la burguesía y el capitalismo, adoptando métodos de lucha cómo la huelga general y la vinculación entre la lucha política y sindical.
De otra manera un llamado ambiguo y sin mediar una lucha de por medio por rescatar al PRD podría ser un factor de confusión y división para la clase trabajadora.

Aunque AMLO ha hecho un primer acercamiento con los sindicatos y les ha llamado a integrarse, el llamado tiene que ser más enérgico; el programa de lucha debe incluir demandas tales como aumento salarial de emergencia, democracia sindical, empleo de calidad para los trabajadores así como seguro social y derecho a la vivienda de calidad, entre otras cosas.

Todos los elementos antes mencionados serán la única garantía para que de cara al 2012 AMLO pueda llegar a la presidencia. Tanto las bases del PRD como del Morena, así como el resto de clases explotadas debemos luchar por una nueva sociedad, una sociedad socialista.


¡¡Únete a Militante y lucha por un programa socialista!!

Basta ya de los Chuchos: por una elección democrática de la dirección del PRD

Escrito por: Luis Enrique Barrios

El PRD atraviesa una abierta crisis producto de profundas divisiones entre sus corrientes de derecha e izquierda en esencia dicha crisis es una expresión de la lucha de clases al interior del PRD. Dentro del partido se enfrentan dos bloques: el primero, encabezado por Jesús Ortega, aliado de Calderón; y el segundo, el dirigido por AMLO, que agrupa a los trabajadores más combativos y descontentos con la política de Calderón, el PRI y el PAN.

Durante años la burocracia del PRD ha implementado toda clase de modificaciones a sus estatutos para obstaculizar y de plano bloquear la participación de sus militantes y simpatizantes en la vida interna del partido. Las bases del perredismo han sido relegadas de la actividad práctica del partido y especialmente han sido hechas a un lado a la hora de definir la política que debe seguir el PRD. El resultado ha sido el que en no pocas ocasiones, la política adoptada por la dirección ha estado en contradicción con los intereses de los sectores oprimidos y explotados que buscan en el PRD una herramienta para luchar contra el gobierno y la patronal.

Así gradualmente la dirección del PRD ha ido distanciándose de su base militante, el objetivo de la dirección ha sido deformar al PRD hasta transformarlo en un “partido electorero”, que éste deje de ser un instrumento de lucha para pasar a ser una agencia de colocación de la burocracia, arribistas y oportunistas. Para profundizar este proceso se le abrieron de par en par las puertas a las candidaturas de ex-priístas renegados. Además, por ejemplo, en ese mismo marco, en 2001 se votó en el Senado junto con el PRI y el PAN a favor de la contrarreforma indígena, acordada por Cevallos-Bartlett-Ortega.

Con Jesús Ortega al frente del partido desde noviembre del 2008 (quien lograría esa posición gracias a la intervención a su favor del TRIFE, que avaló el fraude contra Alejando Encinas) el PRD ha sido empujado a la política de alianzas electorales con el PAN.

El cinismo de la derecha perredista se ha traducido en un abierto odio de la base militante y simpatizante del PRD, expresándose esta rabia a través de diversas corrientes de izquierda las cuales han ejercido una enorme presión para que Jesús Ortega renuncie a su cargo y se llame a elecciones antes de que culmine su periodo definido por los estatutos para noviembre del 2011. En un principio ello derivó en un acuerdo con Ortega para que éste renunciara y convocara a elecciones en diciembre del 2010, sin embargo una maniobra de los chuchos por medio del Consejo Político Nacional, en el cual son mayoría, impidió que dicho acuerdo se llevara a la práctica; sin embargo una nueva campaña de presiones contra Ortega lo obligó a aceptar que el 19 de marzo de este año se desarrolle la elección de una nueva dirigencia nacional.

La potencial salida de Ortega del PRD representa un paso al frente en la lucha para frenar el giro hacia la derecha de los dirigencia del partido; se trata de un importante resultado que tiene que ser atribuido a la presión de los militantes de base del PRD y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Pero lo logrado hasta el momento no es ninguna garantía de que el partido no seguirá girando hacia la derecha, ello dado que el organismo encargado de designar a la próxima dirección es el Consejo Político Nacional (CEN), además de ser antidemocrático, tiene el agravante de que el CEN está controlado por los chuchos y otras corrientes de derecha como la dirigida por Amalia García; todas estas corrientes son mayoría en dicha instancia. Es fuerte la posibilidad de que la derecha terminen imponiendo en la dirección a alguien a su servicio, por ello los militantes de base del PRD y de Morena tienen que exigir la elección por medio del voto directo en un proceso electoral controlado de principio a fin por los comités de base del partido y los del movimiento de masas organizado con AMLO.

Si bien los estatutos facultan al CEN para elegir a la dirección nacional, ni los militantes de base del PRD ni los de Morena están obligados a reconocer un método fraudulento y antidemocrático de elección, razón por la cual AMLO, Encinas y las corrientes de izquierda deben llamar a rechazar ese mecanismo y romper con los formalismo estatutarios movilizando a las masas exigiendo una elección genuinamente democrática en la que la voluntad de los trabajadores y campesinos pobres quede de manifiesto por medio de su voto directo.

La lucha por la democracia interna en el PRD es una de las vías más importantes para frenar a las corrientes de derecha, pero la batalla por la democracia interna debe ir acompañada de una política por eliminar todo rasgo de clientelismo y oportunismo que hagan del PRD un partido “electorero”, el partido debe transformarse en una organización cien por ciento combativa que defienda un programa de clase. Por eso hacemos un llamado a luchar por una corriente socialista al interior del PRD que recupere lo mejor de las tradiciones obreras para el partido y que luche por un programa que rompa definitivamente con el capitalismo.

Únete a Militante y luchas por estas ideas.

Fecha: 04 de marzo del 2011

La democracia, esa falsedad

Hermann Bellinghausen

En toda clase de países, de primera y tercera por igual, se extiende estos días la certidumbre, a escala explosiva, de que llevamos demasiado tiempo bajo un falso, por hipócrita y mentiroso, concepto de lo que se entiende por democracia (y su delicioso apellido: occidental). En ninguna parte es cierto que el pueblo manda, ni siquiera en las naciones civilizadas, de Wisconsin a Milán. Y ya no sólo en las calles de Grecia y Egipto se cuecen habas.

Ha sido demasiado tiempo. Y demasiado abuso. Los grandes consorcios mundiales, que son por cierto pilares y garantes de la democracia en el mundo libre, no vacilan en arrasar las selvas de Ecuador. Las empresas mayores, trasnacionales, transconinentales, sostienen gobiernos hasta en Washington y París. Petroleras, mineras, farmacéuticas, financieras, armamentistas, de alta tecnología, alimentos, entretenimiento, energía. Mandan en Wall Street, Shangai, Dubai y la City. Deciden qué es democrático y qué, o quién, no. Para ellos suelen trabajar las policías, los jueces y los ejércitos.

El capitalismo corporativo, verdadero gobierno mundial, es lo más antidemocrático del mundo. Sus sofisticados y atroces mecanismos de control mantienen a raya a millones de empleados alrededor del mundo, quienes deben obedecer como zombis, sin chistar. Ya ni siquiera están vigentes aquellas leyes que legitimaban los derechos de trabajadores y agricultores a la organización, la huelga, la seguridad social. Fue el caso de México. Incluso en niveles medios de las grandes corporaciones, todos están encadenados a la noria de una o dos familias que se heredan el trono dorado de padres a hijos. Lo que es ser un Slim, un Azcárraga, un Garza Sada.

Y ellos son los que defienden la democracia, y la financian. No sólo explotan a millones de empleados directos, subempleados o esclavos a lo largo de la cadena corporativa que tiende sus tentáculos sobre la totalidad del planeta. Además, despojan a los que no son sus empleados (es el caso de los indígenas en Latinoamérica). Dominan la industria destructiva, depredadora, que sólo va tras los lingotes de oro a fin de cuentas. Mas ya que resultan rentables el conservacionismo, los servicios ambientales o la deuda de carbono, ahora son verdes Shell, Ford, Lockhead, Monsanto y otros vándalos universales.

Estas cúpulas ponen o descomponen presidentes, empezando por el de Estados Unidos.
En México, el gobierno nacional trabaja para ellos al menos desde 1988, con Salinas de Gortari. Y hoy más que nunca, cuando la propiedad del país la termina de entregar Felipe Calderón a las trasnacionales mayores, unas cuántas familias en España, Canadá o China; bien directamente con la Board of Directors, bien a través de la venia de Washington. Ni Zedillo ni Fox intentaron nada diferente; por algo se acomodaron bien en el engranaje superior de la monstruosa maquinaria de antidemocracia que es el capitalismo corporativo metanacional.

Noam Chomsky y Ralph Nader han comparado brillantemente las corporaciones actuales con la organización nazi. El capitalismo avanzado tiene en llamas Irak y Afganistán para promover la democracia, o sea sus negocios. Todos, hasta los gobiernos enemigos, le pertenecen al sistema financiero internacional. Y cuando caen les congelan cuentas o retiran visas. Pasó con los tiranos amigos de Túnez y Egipto, pero también el de Libia. Igual podría pasarles en un descuido a los aliados democráticos tipo Colombia, Honduras o México.

La democracia es un mal circo. En Francia gobierna un saltimbanqui, en Italia un bufón (pero magnate), en Rusia un supermacho. Estados Unidos pasó de unos cuatreros descarados en la era Bush al títere parlanchín y azorado de hoy. Las empresas son las que avalan la democracia, la disciplinan. ¿Qué decir de la justicia hipócrita de Suecia, dispuesta a obedecer a un Washington con sed de venganza entregando a Julian Assange por así convenir a sus intereses?

Los patrones son unos cuantos, los mismos siempre. Las dinastías del capital. Nadie habla ya en serio de reyes y sangre azul. Son los magnates, sus fusiones, testamentos y opiniones lo que define las escalas del poder en el mundo actual. En el tablero de los negocios de estas empresas, con tanta precisión descrito por Joseph Conrad en Corazón de tinieblas hace 100 años (1911), todos somos desechables, migrables, colaterales.

Si no les importa la gente, qué les va a importar la Tierra misma al puñado de dictadores de la democracia occidental. Si son ellos quienes definen y sancionan, con créditos y tratados, a democracias como la mexicana, la hondureña o la colombiana, y la dan por buena por así convenir a sus intereses, algo está corrompido en la raíz. Si no cambia desde abajo el orden, nada se resolverá. No queda sino reinventar la democracia en ese otro mundo posible donde las empresas obedezcan, lo local no quite lo global, la gente decida y la vida sea prioridad, no negocio.